Rockaxis | justicia-divina--kings-x---la-tercera-es-la-vencida

2022-08-26 19:05:56 By : Ms. Cathy Chan

El primer encasillamiento que se le hace a King's X es el de una banda de rock progresivo, y sin conocerlos uno pensaría en la formación habitual de un grupo que simpatiza con ese estilo: al menos cinco integrantes virtuosos, solos de sintetizadores al más puro estilo Yes y canciones que no duran menos de seis minutos. No obstante, el tridente formado por Doug Pinnick en voz y bajo; Ty Tabor en voz y guitarra; y Jerry Gaskill en los tambores, sofisticaron la manera de ejecutar el género y con la crudeza de un power trío irrumpieron en el under con discos como "Out of the Silent Planet" (1988) o "Gretchen Goes to Nebraska" (1989) en donde obtuvieron el estatus de banda de culto, pero la atención del mainstream fue más bien esquiva. Sin embargo, para 1990 tuvieron su oportunidad y lanzaron "Faith Hope Love", el álbum más vendido y recordado de la banda. Aunque los inicios discográficos de King's X datan de finales de los ochenta, el grupo se formó al menos una década atrás. En primera instancia sus integrantes participaron en diversos grupos de su natal Missouri desde 1979, pero en 1983 se formalizan como trío llamándose inicialmente The Edge.  De esta forma actuaron en el circuito de bares de su ciudad, haciéndose un nombre y perfeccionando su sonido. Con este bagaje deciden emigrar a la ciudad de Houston en donde conocen a Sam Taylor, entonces vicepresidente de la productora de ZZ Top. Taylor rápidamente se interesó en el trío y los convenció de cambiar su nombre a King's X. También apoyó la transición del grupo del sonido más ‘radio friendly’ a un estilo de composición más ligado a lo experimental. Taylor pronto se convertiría en el gerente, productor, mentor del grupo y, según algunos, en el cuarto miembro de King's X. Para 1987 logró que el grupo firmara contrato con Megaforce Records, su llave para alcanzar la masividad. Con Megaforce vinieron los tres años más prolíficos del trío. Su carrera se proyectaba como un avión en ascenso, pero su despegue vino con turbulencias y costó que estabilizaran su trayectoria. Su disco debut “Out of the Silent Planet” (1988), a pesar de ser aclamado por la crítica, al álbum no fue un éxito comercial, alcanzando el puesto 144 en las listas de álbumes de Billboard. Las canciones "King" y "Shot of Love" se lanzaron como sencillos, pero no atrajeron mucha atención por parte de los medios. Al año siguiente lanzan “Gretchen Goes to Nebraska”, considerado como una placa histórica del trío por su gran nivel creativo y de ejecución, pero que tampoco vendió como se esperaba. Sin embargo, le valió girar como acto de apoyo de grupos como Anthrax, Suicidal Tendencies y Living Color, entre otros. De este disco se desprende el sencillo ‘Over My Head’ que contó con moderada rotación en MTV y las radios. Como dice el refrán “la tercera es la vencida”, King's X con “Faith Hope Love” de 1990 logró tocar por primera vez el estrellato en una época donde los riffs oscuros y las sonoridades lúgubres dominaban las listas, y la frivolidad del glam ochentero iba en retirada. Gracias a la atención que llamaron con su anterior placa, el tridente liderado por Doug Pinnick desenfundó trece tracks que combinaban la fuerza del hard rock, la complejidad del progresivo y lo melódico de sus armonías. Esta última característica reafirma la influencia Beatle de los de Missouri, una parte fundamental de su sonido que contrasta con la crudeza de sus riffs.   Desde la primera escucha podemos advertir que estamos presenciando una propuesta atípica dentro del panorama rockero. El bajo de Pinnick ruje con la fuerza descomunal que no se hace para nada necesario un segundo guitarrista en la formación. Tocado con fuerza y a púa, combinando efectos filosos de chorus y distorsión lo vuelven una pieza clave dentro de la paleta de colores del trío. Tracks como la inaugural ‘We Are Finding Who We Are’ o ‘Moanjam’ se puede apreciar la fuerza de las frecuencias bajas. Por su parte, la otra pieza fundamental del sonido de X es la virtuosidad de Ty Tabor en las seis cuerdas, quien con sus creativos e incesantes licks refresca cada pasaje del disco. Temas como ’Fine Art Of Friendship’, la frenética ‘Talk to You’ o la balada ‘Everywhere I Go’ demuestran toda la versatilidad del guitarrista. Y para completar este power trío tenemos a Jerry Gaskill en la batería. Si bien no resalta en demasía como sus colegas al frente, se inmiscuye de forma soberbia para complementar con sus beats certeros y poderosos cada pista. La clásica ‘We Were Born to Be Loved’ es un claro ejemplo de su versatilidad en los tambores con cortes inesperados, redobles frenéticos y cambios de tiempo que sacan a relucir el arsenal del trío y su fiato después de tantos años de ruedo. En pleno apogeo de su popularidad surgió una controversia con King's X en donde se hacía alusión a que eran un grupo de rock cristiano. Esto se reforzaba con ciertos antecedentes que reafirmaban dicha etiqueta. Una de ellas es que sus letras tienen una clara tendencia a lo espiritual, esto se debe más que nada a la fe individual de sus integrantes y a que su inspiración a la hora de escribir proviene de desde ese lado. Si bien nunca han negado esa inclinación e incluso el CD de “Faith Hope Love” contenía un capítulo completo de la biblia, el trío se ha resistido a ser identificado o encasillado como un grupo cristiano. Tampoco es un público al que la banda llegaba con fuerza. Citado en un artículo de la Rolling Stone en 1991, Gary Waldman, vicepresidente del -entonces- sello discográfico de la banda, Megaforce Worldwide, estima que solo del 5 al 10 por ciento de esas ventas han sido dentro de la comunidad cristiana. En una reciente entrevista al sitio Loudersound.com, Pinnick declaró: "Por alguna razón, King's X era considerada una banda cristiana. Tal vez porque esa era nuestra fe en ese momento; ninguno de nosotros lo somos más". Quizás el que mejor destraba el asunto es el periodista David Fricke, histórico editor de RS: “…King's X no es una banda cristiana, más bien son simplemente una banda de cristianos”. Como es habitual en este ingrato negocio de la música todo lo que sube tiene que bajar. El trayecto de King's X por lo más alto de las listas y el mainstream fue corto. Solo un par de años lograron mantenerse en la cresta de la ola, pero ya para las siguientes placas la figura de la banda quedó relegada a la escena más subterránea, en estricto rigor a donde siempre pertenecieron. Los tres discos venideros “King's X” (1992), “Dogman” (1994) y “Ear Candy” (1996), fueron lanzados bajo el alero de un sello aún más grande como lo es Atlantic Records. Las tres placas tuvieron criticas aceptables por parte de la prensa especializada, pero no causaron el impacto esperado. Quizás ese mainstream tan esquivo con el grupo no era el objetivo que debieron perseguir con tanto ahínco. El estatus de “banda de culto” es un denominativo que le queda mucho más ad-hoc a una banda de esta categoría. En tanto “Faith Hope Love” quedará marcado a fuego en la carrera de King's X como la placa que los elevó al mainstream. Es un disco único e irrepetible tal como sus tres protagonistas que lo compusieron y que a 32 años de su lanzamiento, merece un acto de total Justicia Divina. Oliver Arriola  

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